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Abril 2014
Postales del fin del mundo.

Un territorio infinito con opciones para el visitante en invierno y verano. Viajes en tren, aventuras de nieve, paseos y gastronomía.

En otoño y en cualquier estación, llegar a la capital fueguina es tener presente el mapa del país más que en cualquier otro lugar. Junto a los bosques de lengas, ñires y cohiues de las laderas de los Andes, no hay lagos azules o verdosos, como en el resto de la Patagonia, sino el océano. La Cordillera junto al mar nos recuerda que la Argentina termina –o empieza– justo aquí, en Ushuaia. Y para mayor confusión, el Canal de Beagle, donde se recuesta la ciudad, es calmo como un lago, pero huele a mar y al caminar por su orilla se ven algas y caracoles.
Ushuaia nació como ciudad alrededor de un presidio construido en 1902. Fue una estrategia para poblar esta zona alejada. Hoy, en la cárcel funciona el Museo del Presidio donde pueden verse los pabellones y celdas originales y escuchar las escalofriantes historias del Petiso Orejudo. El presidio está a pocas cuadras de la avenida principal, San Martín, y las calles céntricas cercanas donde puede apreciarse la típica arquitectura fueguina con sus paredes de madera revestidas en chapas de zinc y los techos con varios ángulos casi agudos para evitar la acumulación de grandes cantidades de nieve. Dos ejemplos claros  pueden verse en Gobernador Paz 56 y en San Martín 857, ambas viviendas construidas en 1892 por un empleado del presidio.

VIAJE EN TREN.
En la actualidad, el Tren del Fin del Mundo parte de una pintoresca estación ubicada a 8 km de la ciudad, a la vera del río Pipo, y se interna en el Parque Nacional Tierra del Fuego. Un tren de trocha angosta impulsado por una locomotora a vapor atraviesa primero el Cañadón del Toro hasta su primera parada, en la Cascada de la Macarena, donde se puede visitar la reconstrucción de un campamento indígena o trepar un tramo de la montaña hasta un mirador al nacimiento de la cascada. El tren reinicia su marcha y, desde la ventana de la antigua formación a vapor, se ven bosques, ríos, valles, turberas y un gran cementerio de árboles dejados por los presos. Las turberas o turbales, son una capa esponjosa de musgo y materia orgánica característica de Tierra del Fuego.
Después de 45 minutos, el tren  arriba a la Estación Parque, desde donde se puede seguir el paseo a pie por senderos que bordean la Laguna Negra hasta llegar a la bahía de Lapataia donde termina –o empieza– la ruta panamericana que une el punto más austral del continente con Alaska, a 17.848 kilómetros.
Cada época tiene su encanto en Ushuaia. En otoño los bosques junto al lago Fagnano y el Canal de Beagle se vuelven rojos, naranjas y dorados. Desde el hotel Los Cauquenes, ubicado junto al Beagle, es posible bajar a la playa y hacer una caminata crujiente ya que todo allí son caracoles. Si el frío aprieta, es posible disfrutar de la vista desde el bar y restaurante, abierto también a los que no se hospedan en el hotel, y conocer la gastronomía fueguina: la merluza negra y la centolla. Si el filet no alcanza los 5 centímetros de alto, no es merluza negra. La centolla pescada artesanalmente en el Canal de Beagle suele pesar hasta 2 kilos. Estuvo al borde de la extinción por sobrepesca hasta que en 1994 se impuso una veda total. Hace pocos años se permitió pescarla nuevamente con una prohibición  de noviembre a enero.
Las excursiones en catamarán por el Canal de Beagle se pueden hacer todo el año. Parten del Muelle Turístico Eduardo Brisighelli, donde hay puestos de información turística y se contratan distintas excursiones. Una de tres horas de duración parte con dirección a la Isla Alicia habitada por una colonia de leones marinos, rumbea a la Isla de los Pájaros, donde pueden verse cormoranes reales e imperiales, para llegar después al Faro Les Eclaireurs, más conocido como el Faro del Fin del Mundo, un símbolo de la ciudad construido en 1919. De regreso, la parada en la Isla Bridges permite conocer la historia de los Yámanas. En esta isla se encuentran los concheros antropogénicos yámanas más grandes de la región, cúmulos de restos orgánicos –huesos y dientes de mamíferos marinos, y valvas de mejillones de los que se alimentaban– que encendían para calentarse. Estos cúmulos encendidos fue lo que vieron los españoles y lo que inspiró el nombre Tierra del Fuego.

POR EL AIRE.
Más adrenalínicos son los vuelos en helicóptero y avionetas que parten desde el antiguo aeropuerto local. Desde el aire, la ciudad se entiende con un giro de cabeza. Se sobrevuela primero hacia el oeste, por el Canal Beagle y el Monte Susana; y luego hacia el este, para tener una vista completa de la ciudad, la Cordillera de los Andes, el Glaciar Martial, los montes Cinco Hermanos y el emblemático Monte Olivia.
El Glaciar Martial se ve a simple vista desde cualquier punto de la ciudad. Es posible ascender al glaciar con una aerosilla y tomar un chocolate en la Confitería Miralejos. Allí también está el hotel Las Hayas, la pista de esquí de fondo Francisco Jerman, y el refugio de montaña del Club Andino Ushuaia. En invierno se forma una pista de esquí de 859 metros y 30 grados de declive paralela a la aerosilla. Cuando se inauguró en los años '70 quedaba fuera de la ciudad, pero el crecimiento urbano terminó por acercarla.

CON NIEVE. La ciudad se prepara con mucha expectativa para el invierno, cuando se vuelve blanca y los nueve centros invernales entran en actividad plena. El principal atractivo es el Cerro Castor, ubicado a 26 kilómetros, con quince pistas de ski para todos los niveles que abrirá el 20 de junio. Pero quienes no esquían también tienen sus actividades en la nieve, entre ellas pasear en trineos tirados por perros huskies que serpentean entre árboles cargados de nieve por el Valle de los Lobos o patinar sobre hielo en la Laguna del Diablo, en plena ciudad, o en la pista municipal, con medidas olímpicas. Los amantes de los motores pueden optar por travesías off road en Land Rover y meterse entre lengas y guindos, en motos de nieve o, más extremo aún, hacerlo en un cuatriciclo con orugas, previa instrucción para aprender a manejarlo, y siempre acompañado por un guía. Recorridos similares pueden hacerse sin motor, en cabalgatas silenciosas y presenciar, con suerte, una nevada, o caminatas con raquetas para pisar varios metros de nieve sin hundirse. Quienes estén bien entrenados puede probar el esquí de fondo o nórdico, pensado para desplazarse por grandes extensiones nevadas sin declive, una especie de patín con esquíes, sumamente aeróbico.
Roja y dorada en otoño, blanca en invierno, Ushuaia espera a los viajeros con los brazos abiertos.  «
 

Semana Santa

El resort Los Cauquenes preparó un programa especial para Semana Santa de tres noches con un almuerzo buffet de Pascua preparado por el talentoso cocinero Takehiro Ohno, quien también dará una clase magistral el sábado 19 de abril, además de acceso libre al jacuzzi, spa y piscina climatizada con vista al Canal de Beagle.

 
Datos útiles

Tierra del Fuego es un área aduanera especial y no está permitido el ingreso de productos perecederos.
Los Cauquenes Resort & Spa. De la Ermita 3462.
Barrio Bahía Cauquén
Paseos en helicóptero.
Tren del Fin del Mundo.
Paseos en catamarán.
Paseos en camiones oruga.

Por: Silvina Pini.

FUENTE: TIEMPO ARGENTINO.
Vea el artículo original aquí.